30 | junio | 2023
Querida comunidad: ¿Cómo están? Siento que enero se pasó de volada y no lo siento como un pesar. Al contrario, estoy muy contenta con lo que enero representó para mí: un nuevo comienzo. Un nuevo comienzo sin prisas, sin exigencias, sin expectativas. Un comienzo suavecito y de bastante presencia: conmigo, con mis actividades, con mi gente, con mis emociones. Me gustaría que a esta lectura te acompañara esta canción. Hoy es un día grandioso porque anoche soñé con Harry y les voy a contar qué soñé porque tiene TODO que ver con el título de esta entrega. Soñé que estaba en casa de mis papás y ahí estaba Harry que lo veía sano, gordito. Y que yo sabía que se iba a ir, que lo tenía que aprovechar porque nos estaban dando una oportunidad más de estar juntos. Total, me ponía en cuclillas y llegaba caminando por mi lado izquierdo, me maullaba quedito, se subía con sus patitas de enfrente en mis piernas y me ponía su cabeza pachona en la cara. Entonces yo cerraba los ojos y le decía "quiero atesorar este momento porque sé que va a pasar". Yo no estaba triste, al contrario, fue un REGALAZO ese sueño. Lo sentí tan real que SÉ que fue real, sé que vino a verme y estoy demasiado agradecida y feliz. Desperté y además de llorar infinito, he reflexionado sobre atesorar los momentos, que ya les he platicado acá, y también sobre la prisa. Hoy me di cuenta que el año pasado viví más en prisa que nunca. Sentí que llegaba tarde a todo, que tenía que correr y claro que terminé el año exhausta. Recordé una frase que leí en redes y no me acuerdo a quién se la leí:
La prisa es el síntoma, no la enfermedad.
Y se refería a que la prisa oculta lo que en realidad no hemos sanado: claro que el año pasado tenía prisa. Mucha prisa. Había tanto que dolía en mí, había tanto que me hacía infeliz y que me incomodaba que me URGÍA salir de ahí. Ahora que estoy toda feliz haciendo mi entrenamiento "Ilumina tu vida", que LITERAL iluminó mi vida, vivo con calma. Vivo disfrutando cada momento, cada emoción, cada cosita. Así es como llegué a los Tiny desks, estos conciertos chiquititos que hacen para una estación de radio en EUA. Los estoy amando porque justo es lo que estoy viviendo: Generalmente cuando vamos a conciertos queremos más y queremos que no se acabe. Cuando vamos de vacaciones queremos que no se acaben. El fin de semana queremos que no se acabe. Mas tiene que terminar inevitablemente y en lugar de disfrutarlos sólo pensamos que no queremos que se acabe. Los tiny desk me están gustando mucho porque sé que cantan 4 canciones y ya, lo disfruto máximo y no me quedo con ganas de más porque los disfruté y los saboreé. Saboreemos la vida amigos. Y si vives con prisa, ¿De qué estás corriendo? ¿Qué dolor te está revelando tu prisa?
Bienvenida a tu vida iluminada. 🫶🏼💫
Gracias por estar aquí,
Ale
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